INTRODUCCIÓN

Hace ya mucho tiempo que conozco a quien ahora firma sus trabajos literarios bajo el pseudónimo de Martin J. Schneider. Lo primero que quiero es agradecerle el permitir que sean mis modestas palabras las que inicien la INTRODUCCIÓN de su nuevo Blog que, según me dice, creó hace poco tiempo. Dije al principio que le conozco muchos años, cuando él lideraba un proyecto que nunca llegó a materializarse, no sé porqué razón, porque gente había dispuesta a compartir con él sus inquietudes por ese mundo extraño y misterioso que nos rodea. Me refiero al proyecto SEIFEX (Sociedad para el Estudio e Investigación de Fenómenos Extraños). Quizá le desilusionó –pienso- la actitud de otros compañeros de tertulia excesivamente crédulos cuando, reunidos en el pub Pipoll que era una especie de cuartel general para todos nosotros en aquellos años finales de la década de los 70, debatíamos sobre estos apasionantes temas.

Sin embargo él pretendía estudiar todos estos fenómenos de manera desapasionada, con rigor, sin caer en la fácil credulidad de quienes ven unas luces en el cielo y enseguida aseguran que se trata de una flotilla de OVNIs que vienen a la Tierra poco menos que a invadirnos. Le recuerdo intentando contagiarnos de lo que él siempre denominó una credulidad crítica, ajena a cualquier dogmatismo a priori. En más de una ocasión le escuché decir que los peores enemigos de los “ufólogos” eran ellos mismos, con su predisposición a aceptar como verdadero todo cuanto con un mínimo de análisis podía tener una explicación lógica. Y añadía que solo en la novela de ficción, que él ha cultivado durante todos estos años, era permisible dar rienda suelta a la imaginación y construir una historia que, quizá con el paso del tiempo, pueda tener visos de realidad.

Recuerdo también su obsesión y su ardorosa defensa de la posibilidad de los viajes  en el tiempo, un tema que siempre le ha apasionado, aún cuando los presuntos alienígenas tuvieran mucho más predicamento entre quienes tratábamos estos temas. Decía que era inimaginable que la Humanidad futura no fuese capaz de vencer los obstáculos que ayer y hoy tenemos planteados y que en un momento de ese futuro más o menos cercano, no se pueda desarrollar tan mítico artefacto capaz de trasladar al hombre por el tiempo, de la misma forma que hoy lo hacemos por el espacio. Ignoro porqué ha estado tanto tiempo creando, escribiendo y atesorando esos originales que ahora comienzan a salir a la luz. De haberlo hecho, de haber comenzado a publicar en aquellos años, posiblemente hoy sería ya un novelista consagrado, no solo en el ámbito de la ciencia ficción, sino en otras muchas facetas literarias, porque valía le sobra y de ello doy fe, tras tener el privilegio de haber leído algunos de sus originales inéditos.

Le animo, le animamos, a no hacer un nuevo paréntesis y a sacar a la luz lo mejor de su producción literaria, en cualquier género, tras la publicación reciente de ese “Enigma del maletín púrpura” que ya está en la calle y, por lo que sé, tiene un ritmo y un apasionado planteamiento cuyos capítulos forman una secuencia de imágenes que se forman en nuestra mente a medida que avanzamos en su lectura. Aunque lo mejor de este amigo novelista creo que, sinceramente, está aún por llegar.

J. M. Izquierdo