Esto es lo que se siente cuando estás muerto (testimonio de alguien que "murió" dos veces)

Cada vez más científicos están estudiando las Experiencias Cercanas a la Muerte, pero no todos las viven igual

La descripción médica más antigua de una Experiencia Cercana a la Muerte (ECM) data del siglo XVIII. Un médico militar del norte de Francia, Pierre-Jean du Monchaux, describía el caso de un farmacéutico de Paris que se había quedado inconsciente y, al despertar, aseguró haber visto una luz “tan pura y brillante que pensaba que estaba en el cielo”. 

Aunque historias como estas son relativamente habituales entre los pacientes que experimentan una muerte clínica, el interés por las ECM ha crecido enormemente en los últimos años. En parte, por el creciente interés por explicar el fenómeno desde la ciencia; en parte, por el bombazo editorial que ha supuesto La prueba del cielo (Planeta), el libro en el que el neurocirujano Eben Alexander narra lo que sintió tras pasar siete días en coma como consecuencia de haber sufrido un derrame cerebral.  

Dejando a un lado todo el esoterismo que rodea al tema, algunos científicos creen firmemente que el cerebro puede funcionar cuando el corazón deja de latir. En un reciente estudio publicado en la revista Resuscitation, se asegura que el 46% de los pacientes que sobreviven a un paro cardiaco recuerdan haber tenido una “especie de conciencia” durante esos minutos en los que estuvieron clínicamente muertos justo antes de ser reanimados.

Pero ¿qué hay de la otra mitad? ¿Quién estaba más muerto? Lógicamente, parece más noticiable que alguien vea una luz, un túnel o un paraíso al completo (como en el caso de Alexander), pero lo cierto es que hay muchos más testimonios de gente que, sencillamente, no sintió nada. ¿Y no es esta también una Experiencia Cercana a la Muerte?

“Experimenté algo, y ese algo fue la nada”

“Soy un hombre que ha estado muerto dos veces, durante dos minutos cada vez. Preguntadme lo que queráis”. Con esta tentadora propuesta se presentó un usuario del portal Reddit, que ha estado contestando a todo tipo de preguntas en la conocida página.

El hombre, que ha preferido no desvelar su nombre real, tuvo un grave accidente en moto. Inmediatamente después de éste, su cuerpo se apagó: no tenía pulso, ni respiración, ni consciencia. Los servicios de emergencia lograron reanimarle, pero después de pasar por quirófano recibió una enorme cantidad de analgésicos que, junto al dolor, causaron que su tensión bajara a sólo 10 pulsaciones por minuto y, de nuevo, dejara de respirar.

“Si los médicos no me hubieran dicho nada habría pensado que me había echado una siesta”

La suya es una ECM particular aunque, seguramente, mucho más común. “Las dos veces sencillamente ‘no estaba’”, explica en el portal. “Era todo negro. Lo describiría como si fuera una siesta. Una pequeña siesta sin sueño, de la que te despiertas como si hubieras estado dormido mucho tiempo, cuando en realidad sólo han sido 15 minutos”.

“La única razón por lo que sé esto es porque los médicos estuvieron obligados a contármelo”, continúa. “Si los médicos no me hubieran dicho nada habría pensado que me había echado una siesta”.

Ahora bien. El usuario asegura que no fue una siesta cualquiera. “No fue sólo una laguna”, asegura. “Es parecido a una siesta en la que no sueñas nada, pero no te despiertas de repente y piensas que ha pasado el tiempo. Sabes que has estado dormido un tiempo. En realidad sí que experimenté algo, pero ese algo fue la nada”.

“Ahora estoy seguro de que no hay nada parecido al cielo”

El usuario de Reddit recuerda los momentos anteriores y posteriores a su “muerte”, aunque son confusos. Del primer paro, justo después del accidente, sólo recuerda el propio accidente; en el segundo, sólo recuerda un momento de ausencia total de vida entre dos fases de dolor intenso.

“Siempre he sido ateo”, reconoce el accidentado, “pero siempre hubo una parte de mi que tenía la esperanza de que existiera un Dios, un cielo o algo más grande que nosotros. ¿Quién no quiere que haya un cielo?”

Esta experiencia ha reafirmado sus creencias (o, más bien, su incredulidad). “Sigo siendo ateo, ahora sé que no hay nada parecido a Dios o al cielo. Al menos no para mí. Mi razonamiento es que ningún Dios haría que las personas y sus familias pasaran por esta experiencia”.

¿Y qué hay de las personas que han vivido una ECM radicalmente opuesta a la suya? “Creo que en esos casos la mente seguía activa”, asegura. “Lo que experimentaron fue sólo una especie de sueño”. En su opinión, que es similar a la de la mayoría de científicos, las ECM son un fenómeno que ocurre en situaciones cercanas a la muerte en las que el cerebro sigue funcionando. En definitiva, son experiencias que vive la gente que no ha muerto. Quizás la ECM más real no pueda describirse. Quizás la ECM más real sea la nada.

(ACV-NewsLetter)