Violan las más elementales normas de la razón humana y su hallazgo y
existencia trae de cabeza al mundo científico. ¿Cómo es posible que objetos
aparentemente de reciente factura hayan aparecido en estratos de hace tres mil
e incluso millones de años?
OOPARTs: bajo este nombre (acrónimo
inglés de “Objetos fuera de su tiempo”) se designan todos aquellos restos arqueológicos que han
ido apareciendo a través de los últimos cien años o ciento cincuenta años y
cuya naturaleza se encuentra “fuera de lugar”, es decir, que no se corresponden
con el grado de evolución tecnológica propia de la época en que se ha datado el
hallazgo, ni con el nivel de conocimientos que entonces tenía el ser humano.
Son un anacronismo paradójico y constituyen un auténtico quebradero de cabeza
para los científicos. Su estudio y análisis suele despertar las más encendidas
controversias y muchas veces su estudio y análisis plantea más interrogantes de las que resuelve.
Estos objetos fuera del tiempo se
encuentran repartidos por cientos de Museos de todo el mundo y son una rareza
dentro del interesante mundo de la Arqueología y
la Historia,
desafiando no solo muchas teorías científicas sino también el propio concepto
del ser humano y su evolución. Artilugios
mecánicos, modelos de avión perfectamente estilizados, textos de extraño
contenido, pinturas, grabados, mapas, “pilas eléctricas”, aleaciones
metálicas, esculturas de cristal,
objetos metálicos incrustados en rocas… Muchos aparecen como si acabaran de ser
pintados, grabados o construidos y sin embargo tienen miles o decenas de miles de
años de antigüedad. Nadie se atreve a ofrecer una explicación razonable aunque
su naturaleza física plantea unas preguntas de difícil respuesta. De entre todos ellos hoy vamos a destacar uno
de los muchos existentes y que es un auténtico enigma.
El martillo fosilizado de Texas
Este martillo fosilizado es otro
de esos objetos que desafían la lógica y todos los conocimientos del ser humano
y lo es tanto por su propia naturaleza
como por su antigüedad, que se ha estimado en 140 millones de años. La
existencia del objeto es inconcebible porque en esa época la civilización
humana ni siquiera existía. La pieza, incrustada en una roca, fue hallada en 1934
cerca de la ciudad de Londres (Texas) y tiene una forma perfectamente definida como la de un clásico martillo, con
su mango de madera que se encuentra petrificado. El modelo, por su forma, puede
ser de los fabricados entre el siglo XIX y principios del XX. La cabeza metálica una vez analizada por
investigadores del Instituto Metalúrgico de Columbia presenta una composición
de hierro puro (97%), cloro (2%) y azufre (1%) purificado y endurecido con
técnicas metalúrgicas de nuestra época. Sin embargo los expertos han
establecido que el proceso de incrustación en la roca se llevó a cabo bajo
condiciones atmosféricas totalmente distintas a las actuales y más concordantes
con las existentes en épocas remotas, decenas de millones de años atrás. La
única explicación posible a la existencia de este martillo es que alguna ignota
civilización tan avanzada como la nuestra lo fabricó…o que a alguien se le olvidase en esos lejanos
tiempos del pasado más remoto. Se le olvidase o lo abandonara deliberadamente.
¿Puede ser una “pista” dejada por los viajeros del futuro para que el hombre
moderno tenga una prueba más de que tales viajes serán posibles algún día? Por
descabellado que parezca no existe otra explicación que no por aventurada deja
de ser razonable, a menos que haya existido otra Humanidad que alcanzó un
estadio de desarrollo similar al nuestro y de la que no tenemos la más mínima
referencia.
Este martillo fosilizado, como la
célebre Máquina de Antikytera, la esfera negra de Ucrania, las calaveras de
cristal pulido atribuidas a los Mayas, pisadas humanas de hace cientos de miles
de años, dedos petrificados por los siglos, relojes “made in Suiza” hallados en
tumbas chinas de hace 400 años, pilas eléctricas y muchos más objetos no han
podido ser fabricados por la
Humanidad que conocemos ni de la que hemos evolucionado. Por
esto se impone tener que aceptar lo inaceptable y optar por una de estas dos
teorías: o nuestra civilización es una copia de otra ya existente y de la que
no hay historia escrita… o de viajeros de nuestro futuro que han ido sembrando
de signos las diferentes etapas de la evolución para que el hombre moderno
tenga la certeza de que la
Máquina del Tiempo será una realidad en un futuro más o menos
inmediato. O aceptamos estas hipótesis, por enigmáticas que resulten, o ¿qué
explicación damos a la existencia de estos OOPARTs? Meditemos serenamente…