EL ENIGMA “FÁTIMA” Y LOS SORPRENDENTES DETALLES QUE AÚN SIGUEN APARECIENDO



Los sucesos ocurridos en Cova de Iría (Portugal) continúan siendo calificados aún como un misterioso y singular evento,  casi 100 años después, por lo que el auténtico enigma sigue sin ser resuelto


(Imagen idealizada y a la derecha la que describieron los videntes)
Pocos hechos de naturaleza extraña, como las supuestas apariciones de la Virgen a unos pastorcillos en Fátima, el 13 de octubre de 1917, siguen despertando aún tantas controversias y connotaciones fantásticas después de casi un siglo. No es de extrañar, pues, que ésta sea una investigación considerada abierta por muchos investigadores, pese a que oficialmente la Iglesia católica ya la dio por terminada hace mucho tiempo. Sin embargo aún existen abundantes documentos (escritos y gráficos) que permanecen en el más absoluto secreto y muchas pruebas que, de ser mostradas, no podrían resistir un análisis científico si fuesen sometidas a un estudio riguroso con la más moderna metodología. Las Actas de las primeras declaraciones tomadas a los niños “in situ”, así como la totalidad de las imágenes gráficas registradas por el prestigioso fotógrafo luso, Joshua Benoliel, cuyos negativos fotográficos fueron vendidos por sus herederos al Archivo de Fátima, están en poder de la Iglesia. Y no sería de extrañar que para mantener la versión oficial dada en su momento (especialmente a partir de 1935) buena parte de la documentación haya sido, presumiblemente, destruida o enviada a un lugar impenetrable y secreto fuera de Portugal. Algunos apuntan al propio Archivo Vaticano como destino de todo ese material clasificado.


Es tal el revuelo que este enigmático evento despertó en su día que se mantiene inalterable a través de los años, a medida que el hombre va desarrollando sus conocimientos científicos y  se conocen más detalles de otros casos que guardan una cierta similitud con éste. Si en la aparición de Lourdes, por ejemplo, todo queda circunscrito al ámbito estricto de la fe y de la creencia religiosa, en Fátima existen unos fenómenos, unas connotaciones tecnológicas y unas pruebas gráficas que lo convierten en la más singular de todas las apariciones supuestamente marianas.

Los fenómenos aéreos vistos por las gentes y registrados en placas fotográficas no dejan lugar a dudas: allí hubo unos extraños vehículos aéreos evolucionando sobre la enardecida y asustadiza multitud que hizo a muchos pasar de la incredulidad a la creencia. Pero también hay un aspecto digno de resaltar y que, en buena medida, ha propiciado que la Iglesia y los jesuitas (los mayores protagonistas e instigadores del caso) hayan alentado la más absoluta manipulación de los testimonios y su reconversión en una aparición mística, cuando el misticismo fue precisamente artificialmente inventado para darle la máxima relevancia al caso, haciéndolo muy conocido a nivel mundial…y económicamente bastante rentable.

 En torno a Fátima se ha ido desarrollando toda una iconografía mariana que nada tiene que ver con la auténtica verdad de las primeras declaraciones de los niños-videntes y las imágenes descriptivas que ellos aportaron. Éstos jamás sostuvieron en un principio que hablaran con la Virgen, sino que describieron al Ente que se les apareció como la Señora o mujercita, de apenas un metro de estatura, de grandes ojos, boca pequeña y tez pálida, que sostenía una bola brillante de cristal sobre el pecho; llevaba una especie de capa acolchada, como formada por láminas metálicas superpuestas, su vestido llegaba hasta las rodillas (sic) y estaba aureolada por un vibrante resplandor. Cuando descendía de la nube brillante (sic) que quedaba suspendida sobre ella, parecía flotar hasta posarse sobre la encina y cuando bajaba a tierra lo hacía por una rampa luminosa sin mover los pies. También es sumamente curioso que, de los tres pastorcillos, solo Lucía, la vidente de más edad, la escuchara perfectamente, aunque jamás pudo identificar su tono de voz, como si la intercomunicación fuese telepática. Jacinta la veía y escuchaba solo en algunas ocasiones, sin embargo, Francisco solo podía verla y, como manifestó en su momento, jamás pudo escuchar su voz. Quizá esta sea la causa de que, como siempre sostuvo Lucía dos Santos, al hablar la mujercita ésta no moviera los labios. A partir de las detalladas descripciones que los videntes ofrecieron en un principio y antes de que la Iglesia echara un tupido velo sobre las actas originales, los primeros investigadores pudieron confeccionar un retrato-robot que en nada se asemeja a cualquier imagen de la Virgen y sí, por el contrario, a un extraño Ente que nunca ha respondido a esta casuística.

Hace unos años, un sagaz investigador portugués, moviendo infinidad de amistades e influencias, consiguió ver los negativos de cristal, aunque previamente se le había impedido portar cualquier medio de reproducción. Pero la microtécnica y unos amigos especialistas, dispuestos a ayudarle, consiguieron que éste lograse introducir una diminuta cámara fotográfica con la que pudo obtener unas alucinantes imágenes, que mostraremos en posteriores artículos. Son imágenes que dejarían perplejo al más creyente, como la parte de uno de los “soles” de aspecto metálico, que aparece en el borde de una imagen y de otro que deja una leve estela de humo sobre las oscuras nubes ¡¡mientras realiza un giro de 90º, en un perfecto ángulo recto!!

Fátima seguirá siendo para los creyentes un lugar de peregrinaje religioso donde se apareció la Virgen a tres pastorcillos analfabetos y sin la más mínima formación cultural, en una de las zonas más pobres y deprimidas del Portugal de la época, en plena I Guerra Mundial, pero para muchos científicos hay una explicación muy diferente y por muy fantástica y singular que sea esta conclusión, no deja de ser una más que probable VERDAD.

EN PRÓXIMAS ENTREGAS SOBRE ESTE TEMA OFRECEREMOS ALGUNAS IMÁGENES PARA QUE EL INTERNAUTA PUEDA OFRECERSE A SÍ MISMO LAS RESPUESTAS QUE SU ENTENDIMIENTO LE DICTE.