¿OVNIS O MÁQUINAS DEL TIEMPO? UNA PROBABLE TEORÍA

Algunas hipótesis apuntan al  origen extra-temporal de esas extrañas naves que se observan de vez en cuando sobre nuestros cielos y a las que llamamos OVNIs ¿Debemos rechazar esta posibilidad? 

Se les ha visto sobrevolando nuestro mundo en algunos de los grandes acontecimientos de la Historia y suelen ser descritos y mencionados en muchas crónicas del pasado, desde los jeroglíficos de la civilización egipcia hasta el Mahabarata hindú o la propia Biblia (recuérdese la famosa “rueda” de Ezequiel) Estos ingenios evolucionan en nuestro espacio aéreo describiendo giros de 90º, imposibles para un vehículo fabricado por nosotros, o alcanzando velocidades que el hombre no ha podido siquiera soñar. ¿Qué son estos extraños discos de apariencia metálica que nos sobrevuelan? ¿Tecnología secreta de origen humano? ¿Ingenios espaciales de otras civilizaciones extraterrestres? ¿O naves de procedencia desconocida? 


Se ha establecido casi automáticamente que su origen puede ser de otras civilizaciones altamente desarrolladas que probablemente existen en el Universo profundo. Pero sin descartar esta posibilidad, otros muchos investigadores del fenómeno se preguntan si no sería correcto también aceptar que puedan ser de este mundo, aunque no de esta época. Estaríamos hablando de la mítica MÁQUINA DEL TIEMPO. Aunque estos desplazamientos espacio-temporales subyacen hoy en el ámbito de la más pura ciencia ficción, nos surge la pregunta de si lo seguirán siendo también en el mañana. No podemos ignorar que hace solo 100 años si alguien hubiera pronosticado la posibilidad de que el hombre pisase la Luna a bordo de un ingenio espacial, probablemente hubiese sido tachado de loco o visionario. Y sin embargo este y otros muchos avances, que en solo 200 años ha conseguido la raza humana, son hoy una realidad cotidiana. ¿Porqué cerrarnos en banda a otras posibilidades? ¿Porqué negarnos a aceptar que los llamados OVNIs pueden ser Máquinas del Tiempo fabricadas por la Humanidad del futuro, que vienen a estudiar su pasado histórico? ¿Alguien puede cabalmente desechar rotundamente esta teoría? Desde que la moderna investigación ufológica comenzó a establecer algunas hipótesis, aún siendo fantásticas e increíbles en su planteamiento, los gobiernos de las grandes naciones han practicado un oscurantismo informativo total, quizá con la pretendida intención de acallar las demandas populares de información y evitar una sensación de angustia colectiva, como ocurrió en la década de los años 30 con el famoso programa radiofónico de Orson Welles “La guerra de los mundos”. 

Todos los investigadores del fenómeno, incluso muchos científicos, consideran que esta decisión es un error, puesto que lo único que han logrado es aumentar el interés por todos estos temas y poner en tela de juicio los procedimientos gubernamentales en la materia. Muchos ciudadanos se preguntan porqué ese silencio y esa negativa a reconocer las evidencias y plantean si no será porque los distintos gobiernos ya disponen de una verdad absoluta que, incomprensiblemente, callan celosamente. Tenemos el caso de Estados Unidos, por citar un ejemplo. No solo poseen evidencias teóricas de que los viajes en el espacio-tiempo son posibles (Albert Einstein lo afirmó categóricamente), sino también evidencias prácticas si aceptamos los testimonios de algunos científicos discrepantes que hablaron al término de su vida, cuando la edad y la proximidad de su final les llevó a desechar cualquier amenaza de permanecer en silencio. 

Ellos nos han dicho que esta tecnología del futuro existe y hay pruebas más que suficientes, apuntando la posibilidad de que el presunto OVNI estrellado en Roswell (Nuevo México) y otros ingenios capturados, sean estas Máquinas que llegaron a su propio pasado viajando desde un lejano futuro y que por causas desconocidas sufrieron fallos de sistema o estructurales que les hizo imposible retornar a su época. Esta es la hipótesis que barajan quienes siguen manteniendo que existe una aplastante lógica que apoyaría tales teorías, aunque la Humanidad de estos primeros años del siglo XXI aún no tenga una información verídica sobre la naturaleza de esos todavía hoy misteriosos Objetos Volantes No Identificados.