¿EXISTE VIDA EN MARTE? ¿NOS ESTÁN OCULTANDO LA VERDAD?

Algunas filtraciones apuntan la posibilidad de que se hayan hallado restos que demostrarían la existencia de una civilización inteligente y muy anterior a la aparición de la vida sobre la Tierra 

 Los descubrimientos del rover Curiosity de la NASA sorprenden no solo a los especialistas de este organismo espacial norteamericano, sino a toda la comunidad científica internacional. Recientemente se descubrió el cauce de una antigua corriente de agua en la superficie marciana, un río como lo denominamos aquí en el planeta Tierra. Su cauce seco presenta Infinidad de piedras y sedimentos parecidos a los terrestres, con inequívocas señales de haber sido modelados por el agua. Y donde hay agua suele haber vida, aunque la pregunta sería si ésta existe aún o solo existió en el pasado. 

Lecho reseco ¿la Tierra o Marte?

Pese a que estos descubrimientos inducen a los científicos a creer que en el Planeta rojo pudo albergarla, tal y como la conocemos hoy en nuestro mundo, nadie se atreve a ofrecer la posible verdad que una buena parte de la Humanidad intuye: que la vida fue una realidad y aún existe bajo otras formas en el mundo marciano y también admitir abiertamente que existió una civilización inteligente en Marte, que ésta se desarrolló hasta unos niveles superiores y que sus huellas se han ido encontrando progresivamente. Esta evidencia podría poner en peligro muchas creencias que son esenciales en nuestro mundo por lo que nunca reconocerán públicamente que tal hecho es una realidad incuestionable; los sistemas filosóficos, las ideologías y creencias se juegan mucho.


 Admitir que antes que nosotros hubo seres inteligentes que desarrollaron una civilización altamente sofisticada en Marte es, esencialmente, tener que aceptar que nunca estuvimos solos en el Universo y que el principio de la vida –aún aceptando la hipótesis de la Panspermia- es mucho más común de lo que imaginamos. Reconstruyendo el día a día de aquel pasado marciano esplendoroso y comenzando por un elemento que es vital para la vida, como el agua, los científicos estudian el lecho de sus ríos y llegan a conclusiones sorprendentes como los indicios de que su dinámica hidrológica no solo es similar a la terrestre sino que, además y según las recientes investigaciones del Curiosity, el pH era neutro y los minerales podrían favorecer el desarrollo de microorganismos, además de sustentar a los propios entes biológicos ya desarrollados. 

Las piedras fotografiadas muestran formas planas, suaves y redondeadas, con el mismo aspecto que las terrestres. En este antiguo lecho fluvial, bautizado como «Hottah» (imagen ilustrativa) los guijarros se encuentran compactados con arena como si se tratara de cemento, lo que hace pensar que han sido desgastadas posteriormente por fuertes rachas de viento. Los resultados, elaborados por miembros de la NASA en colaboración con investigadores del Instituto Niels Bohr de Copenhague, fueron publicados en la revista Sciencie. 

La Tierra y su planeta hermano (así pudo ser en la antigüedad)
El hallazgo permite también a los científicos reconstruir la historia climática del planeta y sus resultados no dejan de ser sorprendentes, pues para poder mover y moldear estos cantos rodados, el agua debería de haber corrido en una corriente de entre diez centímetros y un metro de profundidad, circulando a una velocidad aproximada de 3,6 kilómetros por hora, más rápido que en los cauces habituales de muchos ríos, a juicio del científico Morten Bo Madsen, líder del grupo de investigadores del Instituto Niels Bohr. Es por eso que no se ha tratado de corrientes esporádicas que se evaporaran rápidamente, sino que el agua habría discurrido por dicho cauce durante periodos de tiempo prolongados. Probablemente, el planeta tendría una atmósfera más densa que la actual, con una presión superior, pues en la actualidad ésta es cien veces menor que la terrestre. Hasta ahora, se creía que el período templado de Marte había sucedido hacía tres mil millones y medio de años, pero a la vista de estos resultados, se piensa que este período podría aproximarse hasta “solo” dos o tres mil millones de años atrás y, posiblemente, acortarse aún este período a medida que los estudios sean más profundos y rigurosos. Pero el aspecto fundamental de esta grandiosa investigación , para el ciudadano medio, es si realmente se han encontrado pruebas de que Marte albergó una civilización cuando la Humanidad se encontraba en sus albores. Oficialmente solo se nos muestran indicios, teorías y posibilidades que apuntan en un sentido positivo, aunque sin ofrecernos la prueba definitiva. Parece como si quienes nos gobiernan estuviesen estableciendo un “período de asimilación”, una especie de “preparación psicológica” para la GRAN VERDAD que está por ser revelada. 

Posiblemente ya en estos momentos, en cualquier laboratorio de la NASA, de carácter ultrasecreto, grupos de especialistas estén investigando las pruebas retransmitidas por el Oportunity donde se muestran las imágenes físicas e inequívocas de esos seres marcianos, antecesores nuestros, que un día hicieron brillar una sofisticada civilización en el planeta hermano. Y quizá -¿por qué no asegurarlo?- sean nuestros propios ascendientes biológicos.