
Este cuerpo celeste al que denominan Kepler 452B orbita en torno a una estrella similar a nuestro Sol y dentro de su zona habitable, un hecho que permite establecer la posibilidad real de que pueda albergar algún tipo de vida, aunque hoy se desconocen sus características orográficas, composición de su atmósfera, manantiales de agua o las formas de vida que se han desarrollado en su superficie bajo estas condiciones tan benignas para la vida. Quizá ya posean esas evidencias irrefutables, aunque la transmisión de conocimientos e información a la Humanidad será conveniente dosificada para que la noticia no pueda provocar un cataclismo ideológico a escala universal. No olvidemos que si se confirmara la existencia de seres inteligentes a 500 años luz de nosotros, tal evidencia pondría en riesgo muchos principios religiosos o filosóficos y daría un vuelco inesperado al planteamiento general que el ser humano tiene con respecto al espacio infinito. Este nuevo exoplaneta, Kepler-452b, es el primero que tienes varias similitudes con la Tierra en cuanto a tamaño, distancia de su estrella (en lo que denomina zona habitable) ubicado en una zona idéntica de una estrella que es muy similar a nuestro Sol. Tan solo a principios del año pasado la NASA había anunciado ya el descubrimiento de más de 700 cuerpos celestes fuera del Sistema Solar, de características parecidas, gracias a la información valiosa que ha dado el poderoso telescopio espacial Kepler, un sofisticado ingenio espacial cuya fiabilidad de observación muy pocos científicos ponen en entredicho. De todos los exoplanetas descubiertos, solo parece ser Kepler-452B el que más se asemeja al nuestro en cuando a tamaño y distancia de su estrella.
El telescopio ha permitido a los científicos usar nuevas técnicas para el análisis de datos astronómicos muy precisos El descubrimiento de este nuevo planeta forma parte del avistamiento de otros 11 pequeños cuerpos celestes adicionales que están en zonas habitables de sistemas solares, lo que significa que pueden albergar vida orgánica similar a la que tenemos en la Tierra. El Kepler-452b es el candidato más parecido a la Tierra de todos cuantos se han descubierto hasta la fecha y muestra intrigantes similitudes, entre ellas que el exoplaneta rota casi a la misma distancia que nuestro Tierra lo hace alrededor del Sol: significa además que tiene el potencial de tener agua en estado líquido y probablemente una abundante y desconocida vegetación. Sin embargo los científicos son reacios a confirmar que tiene ingredientes vitales para albergar vida, un tema muy complicado, ya que está localizado en la constelación Cygnus y por lo tanto nos separan de él unos 1.400 años luz. Una distancia tan abrumadora que malograría cualquier tipo de contacto aunque se pudiera demostrar la existencia de seres inteligentes.