Descripción de la aparición e imagen idealizada |
Evidentemente la figura de Fátima no tenía la más mínima comparación con la descripción hecha en anteriores apariciones supuestamente marianas, donde se hablaba de una mujer joven de gran belleza, manto largo y un vestido que cubría sus pies y como podemos observar sería una indumentaria casi totalmente opuesta a la que llevaba la que se manifestó ante los pastorcillos en Cova de Iría. En un principio nadie creyó que aquel ente luminoso que los niños aseguraban haber comenzado a ver a partir del 13 de mayo hasta el mismo día del mes de octubre, en que se produjo el “movimiento del Sol” (¿?) fuese la Virgen, porque no era concebible (entre otras muchas cosas) que la indumentaria fuese tan extraña y el vestido cubriese solo hasta las rodillas. Marques Ferreira, uno de los párrocos de Fátima y el primero que entrevistó a los niños, nunca creyó que la descripción que dieron de su visión correspondiese a una semblanza de la Virgen, pero él era un simple párroco y debió plegarse a la interpretación posterior que la Iglesia, y especialmente los jesuitas, dieron de esta enigmática aparición.
Rostro según la descripción inicial de los niños |
Es evidente que si los niños, aún teniendo esa edad (recordemos que Jacinta tenía 7 años, Francisco, 9 y Lucía 10) hubiesen tenido una determinada formación escolar y unos mínimos conocimientos, la descripción dada de la “mujercita” probablemente hubiera sido diferente. Eran totalmente analfabetos (Lucía aprendería a escribir años después en el convento), su trabajo era el más humilde y simple de cuantos podían ejercer a esa edad (apacentar un ganado de ovejas) y tenían un total desconocimiento de cualquier materia académica. Quizá por eso la descripción dada de esta aparición fue asociada en su intelecto a cualquiera de las imágenes religiosas que les habían enseñado sus padres y que ellos consideraban familiares. Ocurre siempre igual. Cuando un ser humano no tiene un determinado nivel de conocimientos científicos, en seguida asocia cualquier observación extraña de un objeto desconocido a aquellos que le es familiar, aunque la comparación difiera notablemente. Esto es, precisamente, lo que debió ocurrir. La muerte prematura de Jacinta y Francisco en 1919 y 1920, víctimas de aquella pandemia llamada “gripe española” privó a los investigadores independientes del caso (que también los hubo) de un análisis más real de la aparición.
CONTINUARÁ…